La ·nica gloria que cupo a CavΘ el herrero se cifr≤ en su mandil, que Ferid·n tom≤ por estandarte regio. Siempre que al entrar en la batalla Ferid·n, sin falso rubor ni respetos humanos, colocaba ante sφ aquel trozo de suela que representaba la santidad del trabajo y la protesta contra la injusticia y el abuso del poder, era como si llevase un talismßn: tenφa la victoria segura. Cuando se avergonzaba del mandil de cuerdo, salφa derrotado. Por haberse perdido en las revueltas y vicisitudes de la invasi≤n griega el mandil, sφmbolo de que no debe el monarca colmar la copa de la iniquidad para que no de desbordase la de la ira celeste; por haber desaparecido, digo, el estandarte de CavΘ y su tradici≤n de independencia, llegaron los persas, pueblo nobilφsimo en su origen y de altas facultades intelectuales, al atraso, al servilismo y a la abyecci≤n en que hoy se pudren.